Mi reseña:

"Tengo una hija de treinta años que también es médica y eso nos acerca. Con frecuencia le digo que los demás se equivocan cuando aseguran que un buen profesional debe encontrar la distancia ideal con los pacientes. Le digo que lo que tenemos que encontrar es la presencia ideal. Y que no se trata en absoluto de un simple juego de palabras. También le digo que desde que entendí eso me convertí en una médica digna de este título."
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No recuerdo haber decidido no leer un libro porque tratara una temática demasiado fuerte, o por que sintiera que no era el momento. Con este lo pensé; y hubo varios momentos en que sentí que quizás, por más bellamente escrito que estuviera, era mejor dejarlo a un lado un tiempo. Pero al final continué, y lo terminé. No, no es que me gusta sufrir, ni tampoco necesariamente tomé esta lectura como un duelo. Ni siquiera sé si puedo explicarlo.
El 17 de junio del 2020, mi mamá murió de cáncer después de casi 30 años de luchar como una genuina ariana. Nunca se rindió. El último mes fue el peor de mi vida; no sé qué habría hecho sin mi familia. Ni sé qué habríamos hecho sin el equipo de cuidados paliativos que se instaló en casa de mamá. Nunca me había tocado ver un trabajo así de tan cerca; tienen mi admiración.
Durante el 2015, Eduardo Berti (BsAs1964) pasó semanas en el CHU (Centre Hospitalier Universitaire) entrevistando al personal de la unidad de cuidados paliativos; entrevistó a médicxs y residentes, enfermerxs y auxiliares, lectores y músicxs voluntarixs, psicólogxs, esteticistas, camillerxs, personal de limpieza. Quería escribir "una ficción construida a partir de una experiencia real" y homenajear a todas las partes necesarias de tan impresionante trabajo. El "después", el "más allá", el eufemismo que querramos utilizar para llamar a la muerte, es lo mismo, todxs le tememos, y ellxs también. No son de hielo, no son inmortales, no la tienen clarísima en cómo vivir. Pero sí lxs considero héroes y heroínas, y como Berti, tienen mi mayor admiración y agradecimiento.
Bellísimo libro. No le teman, la buena literatura tiene que entrar.

Editorial: Compañía Naviera Ilimitada