Mi reseña:

”Aprendí que hay otros mundos aparte de este y que puedo vivir como quiera. Que la soledad es inherente a la vida y que nadie va a salvarme de ella, pero tener contacto con otros me aleja de la locura y de la tristeza extrema. Que las búsquedas frenéticas pueden hacer que te pierdas. Que hay preguntas que te queman y te obsesionan, pero que no tienen respuestas. Que la incomprensión, por más que esté cargada de amor y buenas intenciones, puede hacerte sentir muy solo. Que la reclusión, el ascetismo, el ayuno y los votos de silencio no garantizan ni la sabiduría ni la paz."
__________

Narrado en primera persona, la protagonista de esta novela, o crónica de viaje, nos cuenta su experiencia viviendo en India durante un año. Ingeniera y con un trabajo que le ofrece un futuro laboral y económico estable decide dejar todo y se embarca en un viaje que promete ser transformador y revelador. Al principio, el ruido constante de bocinas y gente gritando, las altas temperaturas, la extrema pobreza, el olor a basura, comida e incienso, los mosquitos, hormigas, pulgas, las habitaciones y baños mugrientos la abruman. Pero con el paso del tiempo, parece encontrar su lugar en un pueblo remoto al pie de una montaña magnética. La Montaña. Allí conocerá a otros viajeros, algunos de paso otros eternos. Siva, un europeo que hace años que vive allí y no parece tener intenciones de irse; Joaquín, un estadounidense que lleva casi 20 años viviendo en India; Karl, un ser que sonríe todo el tiempo y transmite "la liviandad propia de las personas que no se toman demasiado en serio"; Jerome, un francés que llega a India haciendo dedo; Elías, un finlandés enigmático que empezó su viaje años atrás y hoy, como muchos otros, no puede irse del pueblo, no puede separarse de la Montaña. La narradora visitará el ashram a diario y asistirá a sesiones de bhajans, irá al centro de Dehradun al pie de los Himalayas y se sumergirá en 10 días de meditación Vipassana casi constante. "Lo único en el mundo que le interesaba saber: cuáles son los caminos que conducen al fin del sufrimiento." Porque para tratar de encontrar la verdad, hay que ponerse en movimiento.
Una hermosa novela que no solo nos traslada al otro lado del mundo sino que nos lleva a preguntarnos qué necesitamos para ser plenamente felices. 

Editorial: Tenemos las Máquinas

Mamá India - Soledad Urquía

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Mi reseña:

”Aprendí que hay otros mundos aparte de este y que puedo vivir como quiera. Que la soledad es inherente a la vida y que nadie va a salvarme de ella, pero tener contacto con otros me aleja de la locura y de la tristeza extrema. Que las búsquedas frenéticas pueden hacer que te pierdas. Que hay preguntas que te queman y te obsesionan, pero que no tienen respuestas. Que la incomprensión, por más que esté cargada de amor y buenas intenciones, puede hacerte sentir muy solo. Que la reclusión, el ascetismo, el ayuno y los votos de silencio no garantizan ni la sabiduría ni la paz."
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Narrado en primera persona, la protagonista de esta novela, o crónica de viaje, nos cuenta su experiencia viviendo en India durante un año. Ingeniera y con un trabajo que le ofrece un futuro laboral y económico estable decide dejar todo y se embarca en un viaje que promete ser transformador y revelador. Al principio, el ruido constante de bocinas y gente gritando, las altas temperaturas, la extrema pobreza, el olor a basura, comida e incienso, los mosquitos, hormigas, pulgas, las habitaciones y baños mugrientos la abruman. Pero con el paso del tiempo, parece encontrar su lugar en un pueblo remoto al pie de una montaña magnética. La Montaña. Allí conocerá a otros viajeros, algunos de paso otros eternos. Siva, un europeo que hace años que vive allí y no parece tener intenciones de irse; Joaquín, un estadounidense que lleva casi 20 años viviendo en India; Karl, un ser que sonríe todo el tiempo y transmite "la liviandad propia de las personas que no se toman demasiado en serio"; Jerome, un francés que llega a India haciendo dedo; Elías, un finlandés enigmático que empezó su viaje años atrás y hoy, como muchos otros, no puede irse del pueblo, no puede separarse de la Montaña. La narradora visitará el ashram a diario y asistirá a sesiones de bhajans, irá al centro de Dehradun al pie de los Himalayas y se sumergirá en 10 días de meditación Vipassana casi constante. "Lo único en el mundo que le interesaba saber: cuáles son los caminos que conducen al fin del sufrimiento." Porque para tratar de encontrar la verdad, hay que ponerse en movimiento.
Una hermosa novela que no solo nos traslada al otro lado del mundo sino que nos lleva a preguntarnos qué necesitamos para ser plenamente felices. 

Editorial: Tenemos las Máquinas