Mi reseña:

"Nadie sabe lo que es ser como yo. Nadie se lo imagina. Los humanos han inventado una multitud de historias en las que los de mi clase no tenemos vida propia, si se me permite la licencia poética: solo existimos para estar en sus pesadillas. Dudo de que puedan entender esta sed, que es imposible de saciar. Y mucho menos esta voluntad insólita, pertinaz, de no entregarnos a la muerte final, que solo puede explicarse por el hecho de que somos bestias."
_______________________
Luego de siglos de encarnar distintos personajes y de escapar cuando la sed de sangre se vuelve intolerable e insaciable, una mujer vampiro llega al puerto de Buenos Aires del siglo XIX, y con ella comenzamos a recorrer las calles de un país en construcción; una Buenos Aires que lucha en la Guerra del Paraguay y contra la peste de la fiebre amarilla. Una Buenos Aires que no cree en fantasmas. Ni en vampiros. Sin embargo, el magnetismo vampírico de su ser demoníaco logra que hombres y mujeres caigan en sus brazos, que expongan sus cuellos para recibir los colmillos que los llevan a un estado de éxtasis inconcebible. Y la muerte se vuelve un deseo.
En la segunda parte de la novela, la voz cambia de mujer a la de una que transita el duelo en vida de una madre que sufre una enfermedad neurológica que lentamente le atrofia músculo por músculo y que la acerca a la muerte cada día un poco más. Y una bóveda en el Cementerio de la Recoleta que hace más de un siglo que permanece cerrada y que nadie se ha atrevido a abrir toma protagonismo y eriza cada rincón de nuestro cuerpo.

Editorial: Blatt & Ríos