Mi reseña:

"Yo también hubiera querido entender a mi padre desde los restos. Pero él no tenía cajones. Había mandado hacer sin puertas su vestidor (…). Todo estaba expuesto, ordenado, nuevo. Él no juntaba cosas. No había ropa vieja, ollas con herrumbre(…). No quedaban fotos que contaran una historia. Y él estaba vivo."
________________________________
Cuando el narrador de “La otra hija” recibe la noticia de que será padre, los miedos y las incógnitas esperables aparecen. Su propio padre, un hombre siempre exitoso y encantador, es quien tiene las palabras tranquilizadoras y lo acompaña durante los primeros meses de embarazo. Sin embargo, el relato anuncia un giro cuando el entusiasmo de abuelo desaparece al saber que es Luna quien llegará al mundo y no un varón. Este extraño (o no) comportamiento es disparador de preguntas que llevan al narrador a rememorar momentos de su niñez y juventud en los que, a pesar de su corta edad, desestabilizaron la imagen de su padre. Recordará situaciones desconcertantes y violentas, y una en particular: cuando supo que su padre era viudo y que Carmela lo había precedido, una niña, su hermana, que murió a los 8 meses de edad. Y es cuando Luna cumple 8 meses que su padre le envía un cd con el análisis de la carta astral de Luna y un mensaje que dice, "Hijito, (…) tranquilo, no estás solo, te voy a ayudar, la vamos a cuidar juntos." Acuerdan un encuentro pero su padre nunca se presenta. Desaparece de su vida y nunca más le vuelve a responder el celular.
A partir de ahí, el narrador toma el rol de detective de su propio padre y mientras aprende desde su paternidad, irá construyendo y deconstruyendo la imagen de este hombre tan seductor, tan críptico. Se encontrará con personas del pasado y con familiares desconocidos y escuchará historias cruzadas, como si fueran sobre la misma persona pero de otra distinta a la vez. Un hombre víctima y victimario. Santiago La Rosa escribe una novela de misterio en la que junto al personaje vamos creando la identidad de un padre oscuro e indescifrable, y nos deja pensando en la innegable importancia de la verdad, la sinceridad, y por sobre todo, de la paternidad.

 

Editorial: Sigilo

La otra hija - Santiago La Rosa

$23.000,00
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"Yo también hubiera querido entender a mi padre desde los restos. Pero él no tenía cajones. Había mandado hacer sin puertas su vestidor (…). Todo estaba expuesto, ordenado, nuevo. Él no juntaba cosas. No había ropa vieja, ollas con herrumbre(…). No quedaban fotos que contaran una historia. Y él estaba vivo."
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Cuando el narrador de “La otra hija” recibe la noticia de que será padre, los miedos y las incógnitas esperables aparecen. Su propio padre, un hombre siempre exitoso y encantador, es quien tiene las palabras tranquilizadoras y lo acompaña durante los primeros meses de embarazo. Sin embargo, el relato anuncia un giro cuando el entusiasmo de abuelo desaparece al saber que es Luna quien llegará al mundo y no un varón. Este extraño (o no) comportamiento es disparador de preguntas que llevan al narrador a rememorar momentos de su niñez y juventud en los que, a pesar de su corta edad, desestabilizaron la imagen de su padre. Recordará situaciones desconcertantes y violentas, y una en particular: cuando supo que su padre era viudo y que Carmela lo había precedido, una niña, su hermana, que murió a los 8 meses de edad. Y es cuando Luna cumple 8 meses que su padre le envía un cd con el análisis de la carta astral de Luna y un mensaje que dice, "Hijito, (…) tranquilo, no estás solo, te voy a ayudar, la vamos a cuidar juntos." Acuerdan un encuentro pero su padre nunca se presenta. Desaparece de su vida y nunca más le vuelve a responder el celular.
A partir de ahí, el narrador toma el rol de detective de su propio padre y mientras aprende desde su paternidad, irá construyendo y deconstruyendo la imagen de este hombre tan seductor, tan críptico. Se encontrará con personas del pasado y con familiares desconocidos y escuchará historias cruzadas, como si fueran sobre la misma persona pero de otra distinta a la vez. Un hombre víctima y victimario. Santiago La Rosa escribe una novela de misterio en la que junto al personaje vamos creando la identidad de un padre oscuro e indescifrable, y nos deja pensando en la innegable importancia de la verdad, la sinceridad, y por sobre todo, de la paternidad.

 

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