Cuando surgía el tema de los hijos apropiados, la miraba estudiando cada reacción en su rostro; tal como lo haría un psicólogo, o un oftalmólogo que pesque el pestañeo y la evitación. La analizaba, hurgaba en sus ojos, seguía el movimiento de sus miradas. Si llevaba la vista hacia abajo o hacia la izquierda.

Rafael también empezaba a barajar fantasías. Su primo podría ser mujer. Quizá la tenía frente a él. A veces se detenía en los labios de Martha mientras ella hablaba de cualquier cosa; creía ver la misma expresión de su abuela. Ese gesto de morder el labio inferior, apretar la boca, cruzar su rostro con una expresión amarga, de desconfianza, o el movimiento de los ojos, algo fugaz, rápido hacia la izquierda. Curiosamente Martha reproducía aquel gesto de la abuela Ofelia.

Editorial: Espacio Hudson 

Hija robada - Angelina Coiçaud

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Cuando surgía el tema de los hijos apropiados, la miraba estudiando cada reacción en su rostro; tal como lo haría un psicólogo, o un oftalmólogo que pesque el pestañeo y la evitación. La analizaba, hurgaba en sus ojos, seguía el movimiento de sus miradas. Si llevaba la vista hacia abajo o hacia la izquierda.

Rafael también empezaba a barajar fantasías. Su primo podría ser mujer. Quizá la tenía frente a él. A veces se detenía en los labios de Martha mientras ella hablaba de cualquier cosa; creía ver la misma expresión de su abuela. Ese gesto de morder el labio inferior, apretar la boca, cruzar su rostro con una expresión amarga, de desconfianza, o el movimiento de los ojos, algo fugaz, rápido hacia la izquierda. Curiosamente Martha reproducía aquel gesto de la abuela Ofelia.

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