Mi reseña:

“En mi lista de deseos está morirme sin agonía, ni tribulaciones, ni dolor. Si en definitiva es lo mismo: un segundo estás, el siguiente no estás. Mi mamá, en cambio, se murió después de un largo padecimiento. En eso, como en muchas otras cosas, espero no parecerme a ella.”
____________________
Apenas comienza la novela, Ana deliberadamente desobedece el último deseo de su madre: ser cremada y no enterrada. Pero en seguida el foco se corre, o parece que se corre; lo que en principio parece el conflicto central deja de serlo y la rutina, la vida misma empieza a serlo. Días después de la muerte de su madre, Ana tiene a su tercer hijo; su hija mayor está entrando en la adolescencia, su hija del medio no se permite fallar, su matrimonio parece haber entrado en el túnel rutinario y estático, y su carrera profesional parece no poder fluir. Ana se ha convertido en una persona que vive esa rutina, y así lo narra: oraciones simples, imágenes sencillas, al punto, al grano. Pero el fantasma de la madre nunca deja de asomarse, para finalmente volver a estar a la luz y darle forma al ciclo de un duelo.

Editorial: Rosa Iceberg

Estás muy callada hoy - Ana Navajas

$20.500,00
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“En mi lista de deseos está morirme sin agonía, ni tribulaciones, ni dolor. Si en definitiva es lo mismo: un segundo estás, el siguiente no estás. Mi mamá, en cambio, se murió después de un largo padecimiento. En eso, como en muchas otras cosas, espero no parecerme a ella.”
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Apenas comienza la novela, Ana deliberadamente desobedece el último deseo de su madre: ser cremada y no enterrada. Pero en seguida el foco se corre, o parece que se corre; lo que en principio parece el conflicto central deja de serlo y la rutina, la vida misma empieza a serlo. Días después de la muerte de su madre, Ana tiene a su tercer hijo; su hija mayor está entrando en la adolescencia, su hija del medio no se permite fallar, su matrimonio parece haber entrado en el túnel rutinario y estático, y su carrera profesional parece no poder fluir. Ana se ha convertido en una persona que vive esa rutina, y así lo narra: oraciones simples, imágenes sencillas, al punto, al grano. Pero el fantasma de la madre nunca deja de asomarse, para finalmente volver a estar a la luz y darle forma al ciclo de un duelo.

Editorial: Rosa Iceberg