Mi reseña:

“Aunque el poder de Cristo es infinito, el Demonio también es muy fuerte. No tanto como Jesús, alabado sea… pero presenta batalla día y noche. Por eso, José, tenemos que unirnos a las filas de Cristo. Formar un ejército tan grande y poderoso, capaz de desterrar definitivamente al Demonio de este mundo. La guerra final se avecina, José. El día que los arcángeles toquen sus clarines, solo aquellos que se hayan entregado a Cristo podrán escucharlos. Quienes escuchen los clarines, el Día del Juicio, serán salvados, ellos entrarán al Reino de los Cielos.”
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Pearson, un pastor protestante fanático religioso, y su hija Leni, se dirigen a ver a unos amigos en el norte argentino, pero por azar o por voluntad de Cristo, su auto se rompe y quedan varados en la desolación y vastedad de una una ruta en la provincia de Chaco. Luego de unas horas bajo el sol apabullante, un buen samaritano los acerca a un taller mecánico; allí el Gringo junto a su ayudante Tapioca intentarán arreglar el auto para que puedan seguir camino. El lugar no es muy acogedor: un sol que aturde y aplasta con la complicidad de la tierra empolvada y el cemento de la ruta, cadáveres de autos que esperan a ser útiles al menos por partes, perros felices con la única realidad que conocen; un paisaje sediento de vida y movimiento. Pero Pearson no se demora en comprender, o creer, que sí fue Cristo el que decidió su destino, no habían caído allí por azar. La vulnerabilidad de Tapioca, un joven con una niñez borrosa y un origen oscuro, lo invitan al pastor a hacer lo posible por llevarlo por el camino de la verdad y de la fe.

Editorial: Mardulce

El viento que arrasa - Selva Almada

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Mi reseña:

“Aunque el poder de Cristo es infinito, el Demonio también es muy fuerte. No tanto como Jesús, alabado sea… pero presenta batalla día y noche. Por eso, José, tenemos que unirnos a las filas de Cristo. Formar un ejército tan grande y poderoso, capaz de desterrar definitivamente al Demonio de este mundo. La guerra final se avecina, José. El día que los arcángeles toquen sus clarines, solo aquellos que se hayan entregado a Cristo podrán escucharlos. Quienes escuchen los clarines, el Día del Juicio, serán salvados, ellos entrarán al Reino de los Cielos.”
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Pearson, un pastor protestante fanático religioso, y su hija Leni, se dirigen a ver a unos amigos en el norte argentino, pero por azar o por voluntad de Cristo, su auto se rompe y quedan varados en la desolación y vastedad de una una ruta en la provincia de Chaco. Luego de unas horas bajo el sol apabullante, un buen samaritano los acerca a un taller mecánico; allí el Gringo junto a su ayudante Tapioca intentarán arreglar el auto para que puedan seguir camino. El lugar no es muy acogedor: un sol que aturde y aplasta con la complicidad de la tierra empolvada y el cemento de la ruta, cadáveres de autos que esperan a ser útiles al menos por partes, perros felices con la única realidad que conocen; un paisaje sediento de vida y movimiento. Pero Pearson no se demora en comprender, o creer, que sí fue Cristo el que decidió su destino, no habían caído allí por azar. La vulnerabilidad de Tapioca, un joven con una niñez borrosa y un origen oscuro, lo invitan al pastor a hacer lo posible por llevarlo por el camino de la verdad y de la fe.

Editorial: Mardulce