Mi reseña:

"...he estado siempre de más, no he sido nunca necesario, el triste resultado de un regateo momentáneo y el borrador amarillento del que sería, algún día, el Hijo. El normal, capaz, digno, blanco y colorado (...). Pero, como el nuevo hijo no llegaba y Mika murió de repente dejando a su paso un vacío culpable y haciéndonos añicos como el parabrisas de un coche, mi destino quedó en el aire. Ni amado, ni deseado, ni desechable, una especie de lámpara en forma de tulipán en casa de unos ciegos. Un frasco de perfume vacío. Un jarrón de cristal con palomas en la mesa de una muerta. Si hubieran existido mercadillos de personas, mi madre y mi padre me habrían cambiado por un pulverizador o, simplemente, me habrían abandonado debajo de un tenderete y habrían salido corriendo."
___________________________________
Aleksy odia a su madre. Con todo su corazón. Desde su mirada, todo en ella es horrible; su cuerpo es desagradable, su forma de hablar y pensar, su ropa, su comida. Todo. Desea algún día poder matarla. ¿Qué puede llevar a un niño a sentir tanto odio por su madre? El desamor. Con menos de 10 años de edad, Aleksy pierde a su hermanita Mika. Y con ella, también se va su madre. Luego del entierro, la madre de Aleksy se encierra por 7 meses en su cuarto y no habla con nadie. "Durante todos aquellos meses la mujer que me había parido no me miró una sola vez, como si yo fuera un huevo vacío. Como si yo hubiera matado a su Mika." Un día su madre le ofrece pasar un verano juntos en Francia y le promete que pasado ese tiempo, él podrá hacer lo que quiera. Acepta, claro. La sola idea de poder deshacerse de su madre de una vez por todas es muy fuerte. Lo que Aleksy no sabe es lo que sentirá cuando sepa que ese es de verdad el último verano que compartirá con su madre y que, si quiere, podrá mirarla con otros ojos y observar los de ella, tan verdes y tan bellos, que le mostrarán con una claridad casi palpable el sufrimiento compartido: el desamor. Una historia tan desgarradora que me hizo llorar muchísimo. Una historia sobre el dolor compartido pero alejado, uno tan insoportable que enceguece. Excelente.

Editorial: Impedimenta

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes - Tatiana Tibuleac

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"...he estado siempre de más, no he sido nunca necesario, el triste resultado de un regateo momentáneo y el borrador amarillento del que sería, algún día, el Hijo. El normal, capaz, digno, blanco y colorado (...). Pero, como el nuevo hijo no llegaba y Mika murió de repente dejando a su paso un vacío culpable y haciéndonos añicos como el parabrisas de un coche, mi destino quedó en el aire. Ni amado, ni deseado, ni desechable, una especie de lámpara en forma de tulipán en casa de unos ciegos. Un frasco de perfume vacío. Un jarrón de cristal con palomas en la mesa de una muerta. Si hubieran existido mercadillos de personas, mi madre y mi padre me habrían cambiado por un pulverizador o, simplemente, me habrían abandonado debajo de un tenderete y habrían salido corriendo."
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Aleksy odia a su madre. Con todo su corazón. Desde su mirada, todo en ella es horrible; su cuerpo es desagradable, su forma de hablar y pensar, su ropa, su comida. Todo. Desea algún día poder matarla. ¿Qué puede llevar a un niño a sentir tanto odio por su madre? El desamor. Con menos de 10 años de edad, Aleksy pierde a su hermanita Mika. Y con ella, también se va su madre. Luego del entierro, la madre de Aleksy se encierra por 7 meses en su cuarto y no habla con nadie. "Durante todos aquellos meses la mujer que me había parido no me miró una sola vez, como si yo fuera un huevo vacío. Como si yo hubiera matado a su Mika." Un día su madre le ofrece pasar un verano juntos en Francia y le promete que pasado ese tiempo, él podrá hacer lo que quiera. Acepta, claro. La sola idea de poder deshacerse de su madre de una vez por todas es muy fuerte. Lo que Aleksy no sabe es lo que sentirá cuando sepa que ese es de verdad el último verano que compartirá con su madre y que, si quiere, podrá mirarla con otros ojos y observar los de ella, tan verdes y tan bellos, que le mostrarán con una claridad casi palpable el sufrimiento compartido: el desamor. Una historia tan desgarradora que me hizo llorar muchísimo. Una historia sobre el dolor compartido pero alejado, uno tan insoportable que enceguece. Excelente.

Editorial: Impedimenta