Mi reseña:

“No sabía que a una mujer podían matarla por el solo hecho de ser mujer, pero había escuchado historias que, con el tiempo, fui hilvanando. Anécdotas que no habían terminado en la muerte de la mujer, pero que sí habían hecho de ella objeto de la misoginia, del abuso, del desprecio. […] Y cuando hasta las vergas se asquearon, la siguieron violando con una botella.”
____________________
En Chicas Muertas Selva Almada reconstruye el crimen de tres chicas: Andrea Danne (19), María Luisa Quevedo (15) y Sarita Mundín (20). Andrea fue apuñalada en su propia cama, en su propia casa, mientras dormía, en el año 1986; María Luisa desapareció en diciembre de 1983 y la encontraron días después en un baldío, fue violada y estrangulada; Sarita desapareció en 1988 y meses después encontraron su cuerpo a orillas de un río, pero su familia nunca aceptó que ese fuera su cuerpo. Narrada en primera persona y en formato de crónica, la autora nos cuenta con un crudo realismo tres de tantos femicidios que ocurrieron en nuestro país; las estadísticas muestran que una mujer es asesinada cada 30 horas en la Argentina. Todavía escucho: “y si se viste así, como para que no la quieran violar.” Ninguna elección de ropa, ninguna forma de caminar, ninguna cara linda, ningún cuerpo femenino, atractivo o no, da el derecho a un hombre a actuar en contra de la voluntad de la mujer, ¿o acaso un hombre en cuero tiene la obligación de entregarse a nosotras si así lo deseamos? El sí es para todos, el no también. Ni loca, ni perseguida, ni histérica. El acoso existe.

Editorial: Penguin Random House

Chicas muertas - Selva Almada

$20.999,00
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“No sabía que a una mujer podían matarla por el solo hecho de ser mujer, pero había escuchado historias que, con el tiempo, fui hilvanando. Anécdotas que no habían terminado en la muerte de la mujer, pero que sí habían hecho de ella objeto de la misoginia, del abuso, del desprecio. […] Y cuando hasta las vergas se asquearon, la siguieron violando con una botella.”
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En Chicas Muertas Selva Almada reconstruye el crimen de tres chicas: Andrea Danne (19), María Luisa Quevedo (15) y Sarita Mundín (20). Andrea fue apuñalada en su propia cama, en su propia casa, mientras dormía, en el año 1986; María Luisa desapareció en diciembre de 1983 y la encontraron días después en un baldío, fue violada y estrangulada; Sarita desapareció en 1988 y meses después encontraron su cuerpo a orillas de un río, pero su familia nunca aceptó que ese fuera su cuerpo. Narrada en primera persona y en formato de crónica, la autora nos cuenta con un crudo realismo tres de tantos femicidios que ocurrieron en nuestro país; las estadísticas muestran que una mujer es asesinada cada 30 horas en la Argentina. Todavía escucho: “y si se viste así, como para que no la quieran violar.” Ninguna elección de ropa, ninguna forma de caminar, ninguna cara linda, ningún cuerpo femenino, atractivo o no, da el derecho a un hombre a actuar en contra de la voluntad de la mujer, ¿o acaso un hombre en cuero tiene la obligación de entregarse a nosotras si así lo deseamos? El sí es para todos, el no también. Ni loca, ni perseguida, ni histérica. El acoso existe.

Editorial: Penguin Random House