Mi reseña:

Tras lo que parece ser una simple discusión vecinal, Katharina Kepler, una mujer viuda de más de setenta años, es acusada de bruja. Sin fundamentos para nuestros ojos de siglo XXI, las acusaciones comienzan a tomar una creatividad asombrosa; que volvió loco a un chancho, que con sólo una mirada mató a una vaca, que es capaz de dejar marcas en la piel de la gente con un mero roce. Pero Katharina sólo sabe de hierbas curativas y desea tener una vida tranquila en la que pueda ocuparse de su jardín y de sus animales. Lxs vecinxs de Leonberg no saben bien cómo suceden ciertas cosas, pero están segurxs de que sí ocurren y la única respuesta, entonces, es la brujería. Los rumores así se van tergiversando y la acusación inicial da comienzo a una red que se expande como chispa en kerosén. Impusaldxs por la venganza, por enojos caducados, por miedo y, principalmente, por dinero y poder, unx a unx van dejando lxs vecinxs sus declaraciones en contra de una pobre mujer que nunca da un paso al costado de sus valores y creencias.
“Todo el mundo sabe que tu madre es una bruja” es una novela que nos traslada a la Alemania de principios de siglo XVII, momento de revolución religiosa luego de la Reforma Protestante liderada por Martín Lutero. Temporalmente es coincidente con la quema de cientos de mujeres acusadas de brujas, incluyendo la famosa historia de Las Brujas de Salem; y Katharina Kepler es un personaje que existió realmente.
“Todo el mundo sabe que tu madre es una bruja” es una historia entretenida, que despierta cierta ternura, y a la vez enojo e impotencia. Distintas voces van armando la historia, desde Katharina misma, hasta sus hijxs, vecinxs y declaraciones judiciales. ¿La condenan a Katharina? No lo sabés hasta casi, casi el final del libro.

Editorial: Fiordo