Mi reseña:

“Las cicatrices se acumularon en mi cuerpo y a la hora de desnudarme, él no las ve.” 
________________
Todos en algún momento de nuestras vidas nos dimos cuenta, tarde o temprano, que estábamos en un lugar equivocado, ya sea un lugar físico, una relación, un momento. Darnos cuenta de eso, a veces, nos hace tocar fondo y enfrentarlo. Podemos también hablar de otros más pasajeros, que no se viven con tanto impacto. Y si no nos damos cuenta de que hay algo que tiene que cambiar, de que algo tiene que morir para dar lugar a lo diferente, pasaremos ese momento con un velo cubriéndonos los ojos. Porque para que una transformación suceda, algo tiene que morir. Las protagonistas de los 9 relatos de este hermoso libro, de una u otra manera, sienten que algo no está bien, que quieren otra cosa, que quieren descubrir, por voluntad propia o porque la vida decide. El libro comienza con el relato “Las señales” (que encuentro muy acertado); la narradora se enfrenta a un alce que está velando a la cría que ha perdido. Ella parece estar en el momento equivocado, pero la transformará para siempre. Una novia a punto de casarse, lleva un vestido tan caro que la incomoda. Está en el lugar incorrecto, y una tormenta parece estar alertándole. Una cineasta viaja a Africa a un país en guerra donde “todos cargan sus metralletas como si fueran las bolsas del supermercado”, imposible volver siendo la misma; una niña cuya madre jamás deja de sonreír, pero una mancha en la encía lo arruina todo, o lo delata todo, hay algo que no está bien. Una adolescente que explora su sexualidad, va de a poco, porque está segura de que la transformará para siempre. Me encantan las referencias astrológicas presentes, incluso un relato, “Saturno”, narra el momento en que una mujer vive su retorno de Saturno y se cuestiona qué hizo hasta ahora, si es eso lo que quiere, o si quiere construir algo diferente. Una mujer que a raíz de una muerte, entiende “que el lugar equivocado también podía ser (su) casa.” Me parece un libro INCREÍBLE, con un hilo conductor tan fuerte y tan real que transforma.
 
No paré de subrayar frases que encuentro geniales; les dejo algunas. “Nuestro amor es una enredadera por la que quiero trepar y salir corriendo.”; “Si hay algo que me da miedo del amor es esa manera tan rudimentaria de convertirte en un animal.”; “Las nubes también pueden ser escombros.”; “[…] cuando era chica mis padres me habían enseñado que si tapaba la herida con ese pósito protector, la herida se curaba. Estoy segura de que ese puede ser uno de los mayores problemas de mi vida: no darle aire a las heridas.”; “Lo busco con la mirada un buen rato pero no se da vuelta nunca. Estoy tan acostumbrada a verlo de espaldas. En la cama vamos cambiando de lado pero siempre le queda mejor mirar hacia afuera, sino se queja y dice que le duele el cuello y que durmió mal.”

Editorial: Rosa Iceberg

 

Los lugares equivocados - Majo Moirón

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Mi reseña:

“Las cicatrices se acumularon en mi cuerpo y a la hora de desnudarme, él no las ve.” 
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Todos en algún momento de nuestras vidas nos dimos cuenta, tarde o temprano, que estábamos en un lugar equivocado, ya sea un lugar físico, una relación, un momento. Darnos cuenta de eso, a veces, nos hace tocar fondo y enfrentarlo. Podemos también hablar de otros más pasajeros, que no se viven con tanto impacto. Y si no nos damos cuenta de que hay algo que tiene que cambiar, de que algo tiene que morir para dar lugar a lo diferente, pasaremos ese momento con un velo cubriéndonos los ojos. Porque para que una transformación suceda, algo tiene que morir. Las protagonistas de los 9 relatos de este hermoso libro, de una u otra manera, sienten que algo no está bien, que quieren otra cosa, que quieren descubrir, por voluntad propia o porque la vida decide. El libro comienza con el relato “Las señales” (que encuentro muy acertado); la narradora se enfrenta a un alce que está velando a la cría que ha perdido. Ella parece estar en el momento equivocado, pero la transformará para siempre. Una novia a punto de casarse, lleva un vestido tan caro que la incomoda. Está en el lugar incorrecto, y una tormenta parece estar alertándole. Una cineasta viaja a Africa a un país en guerra donde “todos cargan sus metralletas como si fueran las bolsas del supermercado”, imposible volver siendo la misma; una niña cuya madre jamás deja de sonreír, pero una mancha en la encía lo arruina todo, o lo delata todo, hay algo que no está bien. Una adolescente que explora su sexualidad, va de a poco, porque está segura de que la transformará para siempre. Me encantan las referencias astrológicas presentes, incluso un relato, “Saturno”, narra el momento en que una mujer vive su retorno de Saturno y se cuestiona qué hizo hasta ahora, si es eso lo que quiere, o si quiere construir algo diferente. Una mujer que a raíz de una muerte, entiende “que el lugar equivocado también podía ser (su) casa.” Me parece un libro INCREÍBLE, con un hilo conductor tan fuerte y tan real que transforma.
 
No paré de subrayar frases que encuentro geniales; les dejo algunas. “Nuestro amor es una enredadera por la que quiero trepar y salir corriendo.”; “Si hay algo que me da miedo del amor es esa manera tan rudimentaria de convertirte en un animal.”; “Las nubes también pueden ser escombros.”; “[…] cuando era chica mis padres me habían enseñado que si tapaba la herida con ese pósito protector, la herida se curaba. Estoy segura de que ese puede ser uno de los mayores problemas de mi vida: no darle aire a las heridas.”; “Lo busco con la mirada un buen rato pero no se da vuelta nunca. Estoy tan acostumbrada a verlo de espaldas. En la cama vamos cambiando de lado pero siempre le queda mejor mirar hacia afuera, sino se queja y dice que le duele el cuello y que durmió mal.”

Editorial: Rosa Iceberg