Los alimentos favoritos de esta niña tienen forma de línea: espagueti, salchichas, espárragos, queso Oaxaca, ate en tiras… Un día, después de probar un nuevo bocadillo en una feria, se da cuenta de lo sencillo que puede ser cruzar la línea que divide la vida y la muerte si no cuidamos la higiene de lo que consumimos. Esta niña comprende la importancia de lavarse las manos con agua y jabón antes de comer, al regresar de la calle y de asegurarse de que sus alimentos estén limpios y desinfectados. Me gusta comer líneas es un título de la colección Leer para sanar, dirigida a niños y niñas mayores de ocho años en situación de enfermedad, física o social, para que cuenten con un referente narrativo y de acompañamiento sobre el padecimiento que sufren. 

Editorial: Trilce