Mi reseña:

"Tal se está apurando para terminar, luchando con el pasto enmarañado, conduciendo la oxidada cortadora en largos y ovalados barridos alrededor del jardín. La parte de atrás de su remera está empapada en sudor, y cada tanto se forma una nube de polvo detrás de él cuando pasa por una montaña de tierra. Es su última hora de vida, pero él no lo sabe. Está sonriendo."
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Hermosos 10 cuentos. Y con hermosos no quiero decir ni vínculos ideales y fluidos ni finales alegres y afortunados a lo "vivieron felices y comieron perdices". Los que ya conocen mis gustos literarios saben que disfruto de leer historias crudas, donde la naturaleza humana se despliega tal y como es: la bondad y la maldad, el amor y el odio, la fidelidad y la mentira. La vida es incierta (¡y si lo sabremos hoy!), llena de sorpresas y caos; y también, por supuesto, momentos de extrema felicidad. En estos relatos los personajes reflexionan sobre el pasado, su niñez, la familia, los padres y sobre decisiones que han tomado. Algunos son niños inocentes que intentan comprender cómo funciona el mundo adulto y se enfrentan con un callejón sin salida: los vínculos ideales se pueden desmoronar, la vida como la conocemos se puede terminar. Algunos se enfrentarán a lo irreversible de la muerte, al trauma por un abuso, a la violencia o al abandono. Y los adultos también intentarán buscar un rumbo, aceptar su orientación sexual y enfrentarse a un mundo de prejuicio, al amor no correspondido, a la disolución abrupta de una relación, a la traición, incluso a la cruda verdad de ser responsables del sufrimiento de otro, a tener que resignar a sueños y deseos. En este libro, los personajes y sus historias son verosímiles, y por eso nos pueden hacer llorar. Llorar y sentir.

Editorial: China Editora