Mi reseña:

"Una esposa con ascendente en Piscis no adivina telepáticamente lo que te pasa y lo que sentís. Es una tortura que deja la canilla de la bañadera abierta el día que se fueron de vacaciones y la casa se arruina por su culpa."
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Amanda es guionista televisiva y está atravesando una crisis. Con su novio, están al borde de la separación; ambxs lo saben, aunque ninguno parece poder (o querer) tomar una decisión. El saber no sabido de la caducidad es el principal rival de un mandato social al que muchxs tememos dar la espalda. La edad, el posible deseo de maternar, se transforman en fantasmas que si no los hacemos tangibles pueden acecharnos. Una madre snob, nociva, hiriente, fría y egoísta termina de cerrar el combo. Un día, a Amanda le proponen escribir el guión para un programa que protagonizará un astrólogo conocido como Miseria. Amanda no sabe nada de astrología, ni siquiera está segura de que le pueda traer respuestas. Además, ¡el nombre del astrólogo! Pero en el primer encuentro con Miseria, sin saber qué es una carta natal y qué podemos (nosotros los astrólogos) interpretar de esa foto del cielo al nacer, le entrega a Miseria sus datos: día, mes, año, hora y lugar de nacimiento. Y Miseria no es el astrólogo que te dice todo lo lindo y las posibilidades a disposición, es el que te escupe un reporte despiadado. Sin embargo, luego del shock ante tan cruel mas verídico informe sobre su propia oscuridad, sus mecanismos de defensa, sus emociones reprimidas y la incapacidad de desafiar los mandatos, el encuentro es para ella una suerte de epifanía. Para escribir los guiones, se sumergirá en el inmenso mundo de la astrología; comenzará a ver patrones que se repiten en su vida, y de a poco, lo importante de estar despierta y observar, y de vivir en piloto automático. Y para que esos deseos se vuelvan tangibles, a veces otros aspectos de la vida deben salir a la luz; esa es la parte más difícil. Siempre es más sencillo no cruzarse de vereda y seguir un recorrido conocido. Para poder renacer, dejar de sentirse un fantasma y ser quien unx es, lamentablemente (o no) hay que tocar fondo y dejar morir algo.
De cualquier modo (comentario de una astróloga), lo siento lectores, algún tránsito planetario se ocupará de hacérnoslo ver. La astrología no solo nos presenta herramientas de autoconocimiento, sino que además nos enseña a mirar al otro con otros ojos, porque no todos tenemos las mismas lecturas de la vida, no todos tenemos las mismas reacciones, los mismos impulsos, no todos tenemos los mismos deseos. Somos todos diferentes, complementarios o no. Como lectora creo que la astrología es para Amanda, igual que lo fue conmigo, un camino de ida, porque yo, Jimena, soy más feliz desde que la astrología entró en mi vida.

Editorial: Odelia