Mi reseña:

"Ver cómo una hormiga sale de la nariz de tu hermano, se pasea por su mejilla y vuelve a entrar por el mismo agujero sin que este se inmute, resulta, cuanto menos, alarmante. Mi hermano siempre ha sido un tipo raro, pero esto va más allá de todo lo esperable."
____________________________
Una invasión implica una irrupción de un lugar, de un espacio, de un cuerpo, y hay un otro que, aunque batalle, se puede encontrar en un estado de mayor vulnerabilidad; sin embargo, a veces, por costumbre o rendición, el usurpador gana. En los cuentos del catalán David Roas (1965), los que invaden son tanto objetos como entes vivos. 
Una casa que parece abandonada y sacada de un libro de Lovecraft, a la que los animales ni se acercan, atrae al observador como un inmenso imán; un niño construye ataúdes y, para el horror de su entorno, plaga con ellos los jardines; la dentadura postiza del marido muerto parece haber tomado control de la vida de su viuda; una mujer colecciona perturbadoras muñecas que son testigos de la intimidad de su cama; un hombre lucha contra una invasión de hormigas que terminan tomando todo su ser.
Contextos y situaciones comunes o apocalípticas, reales o fantásticas, no importa. Algo se adentra y de a poco, toma el espacio que necesita. O que quiere.

Editorial: Páginas de espuma

Invasión - David Roas

$5.050,00
Sin stock
Invasión - David Roas $5.050,00
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Mi reseña:

"Ver cómo una hormiga sale de la nariz de tu hermano, se pasea por su mejilla y vuelve a entrar por el mismo agujero sin que este se inmute, resulta, cuanto menos, alarmante. Mi hermano siempre ha sido un tipo raro, pero esto va más allá de todo lo esperable."
____________________________
Una invasión implica una irrupción de un lugar, de un espacio, de un cuerpo, y hay un otro que, aunque batalle, se puede encontrar en un estado de mayor vulnerabilidad; sin embargo, a veces, por costumbre o rendición, el usurpador gana. En los cuentos del catalán David Roas (1965), los que invaden son tanto objetos como entes vivos. 
Una casa que parece abandonada y sacada de un libro de Lovecraft, a la que los animales ni se acercan, atrae al observador como un inmenso imán; un niño construye ataúdes y, para el horror de su entorno, plaga con ellos los jardines; la dentadura postiza del marido muerto parece haber tomado control de la vida de su viuda; una mujer colecciona perturbadoras muñecas que son testigos de la intimidad de su cama; un hombre lucha contra una invasión de hormigas que terminan tomando todo su ser.
Contextos y situaciones comunes o apocalípticas, reales o fantásticas, no importa. Algo se adentra y de a poco, toma el espacio que necesita. O que quiere.

Editorial: Páginas de espuma