Luminosos, sensuales, humorísticos, desoladores... así son los tres largos poemas centrales y esenciales del gran escritor francés Jean Giono (1895-1970) que recoge este volumen: La Caída de los ángeles, Un diluvio y El Corazón-Ciervo. El resultado es un viaje gozoso en el que confluyen experiencias trascendentales vividas en carne propia y el trabajo de una imaginación que nos lleva más allá de tierra firme, muy cerca del horizonte, para dibujar un fresco grandioso que, trazado con precisión de miniaturista, nos permite asomarnos a la línea que los antiguos no osaban rebasar. 

Jean Giono es tan peculiar que, aun siendo reconocido como uno de los grandes del siglo xx, no está en el Olimpo al que Francia eleva a sus creadores ilustres. Mucho tiene que ver con este recelo su personalidad llana, la rusticidad espléndida del paisaje de la Provenza que aparece como telón de fondo de su escritura, y su particular interpretación de la tradición literaria más ortodoxa –la Biblia, que su padre, zapatero anarquista, le inculcó; los clásicos grecolatinos; y autores fundamentales de la modernidad occidental como Whitman y Melville–, que Giono devuelve a su estado original, sin erudición añadida.

Editorial: Vaso roto

Fragmentos de un diluvio - Giono Jean

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Luminosos, sensuales, humorísticos, desoladores... así son los tres largos poemas centrales y esenciales del gran escritor francés Jean Giono (1895-1970) que recoge este volumen: La Caída de los ángeles, Un diluvio y El Corazón-Ciervo. El resultado es un viaje gozoso en el que confluyen experiencias trascendentales vividas en carne propia y el trabajo de una imaginación que nos lleva más allá de tierra firme, muy cerca del horizonte, para dibujar un fresco grandioso que, trazado con precisión de miniaturista, nos permite asomarnos a la línea que los antiguos no osaban rebasar. 

Jean Giono es tan peculiar que, aun siendo reconocido como uno de los grandes del siglo xx, no está en el Olimpo al que Francia eleva a sus creadores ilustres. Mucho tiene que ver con este recelo su personalidad llana, la rusticidad espléndida del paisaje de la Provenza que aparece como telón de fondo de su escritura, y su particular interpretación de la tradición literaria más ortodoxa –la Biblia, que su padre, zapatero anarquista, le inculcó; los clásicos grecolatinos; y autores fundamentales de la modernidad occidental como Whitman y Melville–, que Giono devuelve a su estado original, sin erudición añadida.

Editorial: Vaso roto