Santa Ana


Lima 4 Tango, Santa Ana, Santa Ana.
¿Qrv, señor?
Qrv para comunicar que hora actual comenzamos con tarea de pesca, señor.
Qrv, señor, que tenga buena pesca, Hotel Lima.
Hotel Lima, señor, buena guardia.
El Tordo deja la radio y sale a cubierta.
Tordo, ¿cómo calamos hoy? ¿Cómo ayer?, dice Héctor.
No, mejor vamos a calar los dos primeros treinta veinte y los dos últimos treinta y cinco quince. Los bajamos un poco así vemos dónde están los grandes.
Dale, a ver si sacamos algunos salmoncitos para vender.
¡Qué vender, Héctor, si me contaron que vos se lo regalás a la remisera!, dice Ramón.
¡Dejá de joder, Ramón, y largá el grampín así lo marco en el GPS!
¡Decime si le bajo un poco o le doy más!, dice el Tordo con la mano sobre la potencia del motor.
¡Aguantá, Tordo, se enganchó en la pala!, dice Héctor.
Ramón se inclina sobre la borda, hunde los brazos en el agua, maniobra con la mirada puesta sobre el horizonte. No necesita mirar, lo hace de memoria.
¡Listo! ¡Ya está, Tordo, dale nomás!

Editorial: Alto pogo

El mar de los lobos - César Sodero

$18.000,00
El mar de los lobos - César Sodero $18.000,00
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Santa Ana


Lima 4 Tango, Santa Ana, Santa Ana.
¿Qrv, señor?
Qrv para comunicar que hora actual comenzamos con tarea de pesca, señor.
Qrv, señor, que tenga buena pesca, Hotel Lima.
Hotel Lima, señor, buena guardia.
El Tordo deja la radio y sale a cubierta.
Tordo, ¿cómo calamos hoy? ¿Cómo ayer?, dice Héctor.
No, mejor vamos a calar los dos primeros treinta veinte y los dos últimos treinta y cinco quince. Los bajamos un poco así vemos dónde están los grandes.
Dale, a ver si sacamos algunos salmoncitos para vender.
¡Qué vender, Héctor, si me contaron que vos se lo regalás a la remisera!, dice Ramón.
¡Dejá de joder, Ramón, y largá el grampín así lo marco en el GPS!
¡Decime si le bajo un poco o le doy más!, dice el Tordo con la mano sobre la potencia del motor.
¡Aguantá, Tordo, se enganchó en la pala!, dice Héctor.
Ramón se inclina sobre la borda, hunde los brazos en el agua, maniobra con la mirada puesta sobre el horizonte. No necesita mirar, lo hace de memoria.
¡Listo! ¡Ya está, Tordo, dale nomás!

Editorial: Alto pogo