Mi reseña:

"Ordenar los hechos de mi vida sería como tratar de seguir el vuelo de una luciérnaga sobre la superficie del Sol."
______________________
La vida entera, en sí misma, es un misterio. Sí, la ciencia nos viene dando muchas respuestas, pero no todas. Hay tantas cosas que nunca vamos a llegar a comprender. El narrador de "El Gran Misterio" es un científico que "no pued(e) aceptar la idea de una divinidad creadora" pero que tampoco considera al ser humano capaz de haber creado e inventado todo lo que existe en el mundo (además de haberle dado nombre a todo); las cosas tienen que haber sido "creadas y nombradas por una civilización de seres superiores, que se extinguieron y las dejaron abandonadas". Este protagonista masculino dice estar habitado por un genio, condición que le permite hablar con soberbia. Mientras transita el juicio de divorcio con su mujer Berta, a quien presenta como una mujer delirante y paranoica, y espera la llegada de una hija adoptiva de 6 años que casi ni menciona, instala un laboratorio en el sótano de su casa donde experimenta con tubos de ensayo. ¿Qué quiere? Ver lo que no se puede ver. Una voz masculina inteligente y arrogante, y dispuesta a abrir "las puertas del Gran Misterio".

Editorial: Blatt & Ríos

El gran misterio - César Aira

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"Ordenar los hechos de mi vida sería como tratar de seguir el vuelo de una luciérnaga sobre la superficie del Sol."
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La vida entera, en sí misma, es un misterio. Sí, la ciencia nos viene dando muchas respuestas, pero no todas. Hay tantas cosas que nunca vamos a llegar a comprender. El narrador de "El Gran Misterio" es un científico que "no pued(e) aceptar la idea de una divinidad creadora" pero que tampoco considera al ser humano capaz de haber creado e inventado todo lo que existe en el mundo (además de haberle dado nombre a todo); las cosas tienen que haber sido "creadas y nombradas por una civilización de seres superiores, que se extinguieron y las dejaron abandonadas". Este protagonista masculino dice estar habitado por un genio, condición que le permite hablar con soberbia. Mientras transita el juicio de divorcio con su mujer Berta, a quien presenta como una mujer delirante y paranoica, y espera la llegada de una hija adoptiva de 6 años que casi ni menciona, instala un laboratorio en el sótano de su casa donde experimenta con tubos de ensayo. ¿Qué quiere? Ver lo que no se puede ver. Una voz masculina inteligente y arrogante, y dispuesta a abrir "las puertas del Gran Misterio".

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