Mi reseña:

"Los dedos, comprimidos por toda una vida de zapatos baratos, casi llegaban a formar un ángulo recto al apretarse unos contra otros y se levantaban hechos un callo; las uñas estaban descoloridas y sin forma. Entre los huesos del tobillo, aquellas protuberancias, avanzaban arrugas finas y secas."
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Laia Odo de Asieo es la fundadora de la sociedad anarquista, la de los odonianos, pueblo protagonista en "Los desposeídos" (novela de ciencia ficción publicada en 1974). El odonianismo es un anarquismo que enfoca en la cooperación y la solidaridad y se aleja de la violencia. "Los desposeídos" (no es necesario que hayan leído esta novela para leer el relato que reseño) transcurre generaciones después de la revolución; en ella Laia es una prócer, una imagen inmortal, un ícono de lucha; no participa en la acción de dicha novela. 
En "El día antes de la revolución", Laia Odo de Asieo sí es protagonista, sin embargo, esta vez Le Guin pone de lado a Odo la heroína y nos muestra a Laia la mujer. Hoy, con 72 años y una apoplejía a cuestas, difícil es para Laia levantarse por la mañana. El cuerpo no responde como antes; sus pies, miembros fuertes antaño, la avergüenzan, son "tristes, deprimentes. Viles. Penosos." Ella se ve espantosa. La impostura, el tener que sonreir, la presión social de ser un referente de lucha político tan importante casi la atormentan. Ella desea descansar y recordar a Taviri, su amor; a Taviri hombre y compañero, quien descansa hace décadas en una fosa común. Ahora Laia tiene un deseo inmenso de descansar. "Más allá, por encima, en su habitación, ¿qué le esperaba? La huelga corporal."
"El día antes de la revolución" es un relato que funciona como precuela de "Los desposeídos", reconocida novela de Ursula K. Le Guin (1929-2018), una de las escritoras de ciencia ficción más referentes en el mundo, y en él nos invita a reflexionar sobre el fin de la vida y el inevitable deterioro del cuerpo. Excelente. 

Editorial: Nórdica ediciones