Mi reseña:

"La gente del pueblo contemplaba a Conrad intimidada y perpleja. (...) quedaban abrumados cuando les pasaba cerca: tan atractivo, con un aspecto tan sofisticado y majestuoso, tan seguro de sí y de su poder. (...) Verdaderamente parecía hecho para los honores. Todo era suyo por naturaleza, por derecho propio. La gente del pueblo reaccionaba instintivamente; apenas respiraba ante su imponente presencia."
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Un día llega Conrad Venn, un cocinero altísimo y cadavéricamente flaco, al pueblo de Cobb. Una mansión gótica llama su atención: está perfectamente mantenida pero claramente nadie la habita. Tras algunas averiguaciones en el pueblo, Conrad tiene la información que necesita. Generaciones atrás los Cobb, la única familia terrateniente de la zona, solían vivir en la mansión la Prominencia. Las tierras eran administradas por dos familias: los Hill estaban a cargo del terreno en las colinas, y los Vale de las tierras bajas y los lagos. Hasta que un Cobb tuvo sólo dos hijas, y una se casó con el líder del clan Hill y la otra con la del clan Vale, a pesar del disentimiento del padre. Las familias se dividieron junto con las tierras y se determinó que la Prominencia debía permanecer deshabitada hasta que los dos terrenos volvieran a unirse a través del matrimonio. Llega también a oídos de Conrad que el señor Hill necesita reemplazar su cocinero y se presenta como candidato para el puesto. Es, por supuesto, el postulante perfecto. Poco a poco Conrad comienza, a través de abundantes y exóticos platos de comida, a involucrarse en lo más íntimo de la familia. "El Cocinero" es una historia con muchos recursos épicos: un castillo gótico, un pueblo chico, la (gran) Ciudad, los herederos y las familias de gran poder, la clásica servidumbre; los que leyeron mucho a Shakespeare encontrarán referencias muy familiares: las familias enfrentadas como quien dice los Montesco y los Capuleto, y el personaje de Conrad quien, como Yago de Othello, intenta con muchísima habilidad conquistar y engatusar a quienes lo rodean.
Conrad es un hombre que logra de a poco que todos comiencen a bajar la mirada y la cabeza ante él, que se sientan incómodos y débiles; es alguien que puede sacar una voz que hiela la sangre, "plana, fría, sin rastro de emoción". Conrad puede ser muy cruel. Conrad produce escalofríos.

Editorial: La Bestia Equilátera