Mi reseña:

"El calor incandescente que despedía el suelo le atravesaba la espalda y le recorría el cuerpo. Ciego se echó a su lado, tan poca cosa que una vez tendido parecía no tener fuerzas para volver a incorporarse. El chillido hambriento de un único ratón salía apocado desde un hoyo, tentándolos con un hambre que arrasaba montañas y agitaba mares."
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La lluvia que esperan los habitantes de la sierra de Balou no llega, y todos deciden migrar y abandonar sus tierras. Sólo hambre y sed les puede ofrecer el campo. Y muerte. "El trigo se secó en los campos, las altas cumbres se volvieron áridas y el mundo entero se agostó, se evaporaron también las esperanzas de los campesinos". Sólo un anciano de 72 años y su perro Ciego deciden luchar por su vida en su tierra y quedarse junto a un pequeño brote de maíz, junto a esa promesa. A pesar del "aire sofocante", de un calor que raja la tierra y los pulmones, dos compañeros que se eligen, en esta y en otras vidas, le harán frente al "disco dorado (...) suspendido en el cielo".
"Días, meses, años" es la historia de tres seres que necesitan unos de otros para sobrevivir, que se aferran a la vida tomados de las manos. Tres vidas unidas por "un sentimiento dulce y cálido de mutua dependencia", de confianza absoluta y de un amor inmensurable pelearán rodeados de una soledad sepulcral.
Una prosa bellísima, imágenes vívidas y palpables. Un relato que encoge el corazón de tristeza pero que nos muestra que rodeados de amor, todo siempre es al menos un poco más sencillo.
Todos venimos de la tierra y volvemos a ella. Abracemos la vida hasta el último momento.

Editorial: Automática