Mi reseña:

"Venga a ver la habitación. Aquí está, al lado de la cama, en la alfombra. Tiene un hacha clavada en el cráneo. ¿Quiere examinarlo? Sí, examínelo. Un accidente de lo más tonto, ¿verdad? Se ha girado en la cama mientras dormía y ha caído encima de este hacha."
________________
Cuando Agota Kristof (1935-2011) tenía 21 años tuvo que exiliarse de su país natal, Hungría. Casi 50 años después se publicaron los 25 relatos cortos que forman este libro. A pesar del paso del tiempo, el desarraigo se siente en las palabras de Agota, se siente hasta el hueso. Y qué es el desarraigo si no es experimentar una escisión de raíz con una parte nuestra, con nuestro origen. Qué es el desarraigo si no es la muerte de parte de nuestra identidad, de quienes somos.
En sus cuentos, la escritora nos sumerge en las vidas, en los recuerdos y en los corazones de sus personajes; hombres, mujeres y niñes viven en contextos hostiles y la presencia de la muerte es cercana, es palpable. Una mujer llama a un médico para que revise a su marido a quien, al caer de la cama, se le ha clavado un hacha en el cráneo; un hombre muere en silencio y soledad; unx alumnx mata a su profesor a quien admira para darle la posibilidad de dejar de sufrir; un hombre le dice a su yo-niño que nada de lo que sueña será realidad, el futuro es hostil y desesperanzador; la desolación de un buzón vacío de la mano de la esperanza de ver la carta de papá y mamá arrepentidos por su abandono.
La añoranza por un pasado, por un lugar que ya no está y por un futuro que no será se leen y se sienten en la pluma de Kristof; una mujer quien, a pesar de haber luchado como una guerrera, parece nunca haber podido dejar de sentir el pinchazo, quizás pequeño pero no sutil, del destierro. No se pierdan de conocerla.

Editorial: Alpha Decay

Da igual - Agota Kristof

$21.990,00
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"Venga a ver la habitación. Aquí está, al lado de la cama, en la alfombra. Tiene un hacha clavada en el cráneo. ¿Quiere examinarlo? Sí, examínelo. Un accidente de lo más tonto, ¿verdad? Se ha girado en la cama mientras dormía y ha caído encima de este hacha."
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Cuando Agota Kristof (1935-2011) tenía 21 años tuvo que exiliarse de su país natal, Hungría. Casi 50 años después se publicaron los 25 relatos cortos que forman este libro. A pesar del paso del tiempo, el desarraigo se siente en las palabras de Agota, se siente hasta el hueso. Y qué es el desarraigo si no es experimentar una escisión de raíz con una parte nuestra, con nuestro origen. Qué es el desarraigo si no es la muerte de parte de nuestra identidad, de quienes somos.
En sus cuentos, la escritora nos sumerge en las vidas, en los recuerdos y en los corazones de sus personajes; hombres, mujeres y niñes viven en contextos hostiles y la presencia de la muerte es cercana, es palpable. Una mujer llama a un médico para que revise a su marido a quien, al caer de la cama, se le ha clavado un hacha en el cráneo; un hombre muere en silencio y soledad; unx alumnx mata a su profesor a quien admira para darle la posibilidad de dejar de sufrir; un hombre le dice a su yo-niño que nada de lo que sueña será realidad, el futuro es hostil y desesperanzador; la desolación de un buzón vacío de la mano de la esperanza de ver la carta de papá y mamá arrepentidos por su abandono.
La añoranza por un pasado, por un lugar que ya no está y por un futuro que no será se leen y se sienten en la pluma de Kristof; una mujer quien, a pesar de haber luchado como una guerrera, parece nunca haber podido dejar de sentir el pinchazo, quizás pequeño pero no sutil, del destierro. No se pierdan de conocerla.

Editorial: Alpha Decay