Mi reseña:

«Mi madre no sabía qué quería decir amén, pero imaginaba que era algo que se decía al final de una frase para que la gente supiera que la frase había terminado. “Tres manzanas, amén”, decía en la verdulería de la esquina».
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De origen laosiano, Souvankham Thammavongsa nació en un campo de refugiados en Tailandia y, cuando tenía 1 año, sus padres migraron a Canadá. «Cómo pronunciar cuchillo» es una colección de 14 cuentos que retratan la vida de la comunidad laosiana en Canadá.

Seguramente muchos de nosotros hayamos escuchado historias similares sobre inmigrantes, desde vivencias familiares hasta relatos de latinoamericanos que eligen vivir en nuestro país: profesionales con trabajos precarios, mal pagos y jornadas infinitas.

Sin embargo, la distancia cultural retratada en estos relatos es inmensa. La barrera idiomática es, en la mayoría de los casos, inatravesable para la generación que nace en Laos, así como los códigos sociales. Y a esto le sumamos que la vida de estos migrantes está moldeada por la experiencia de haber sido refugiado: «Perder a tu amor, que te abandone tu esposa, hasta era un lujo: quería decir que estabas vivo».

De todos modos, la esperanza está puesta en que las generaciones que siguen puedan crecer en ese país tan diferente que les fue refugio, que no tengan que hundir la mano en tierra para juntar lombrices como, por ejemplo, en «Recolección de lombrices». Muchos de los cuentos están enfocados desde la perspectiva de niños que observan el enojo y la frustración de sus padres y que intentan comprender su urgencia de que en cualquier momento la vida se puede terminar.

Me encantó. Muy bien escritos, conmovedores, por momentos algunos incluso divertidos. Lo recomiendo mucho.

Editorial: Eterna Cadencia