Mi reseña:

"(...) tenía ganas de volver a la cama y acostarme, inmóvil, sin pensamiento alguno, sin deseo alguno, y quedarme allí acostado hasta que sintiera aproximarse esa cosa que no es ni voz, ni gusto, ni olor, tan solo un recuerdo muy vago, venido de más allá de los límites de la memoria."
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Sándor Lester, extranjero y exiliado en una fría y oscura ciudad, vive a la espera de que algo le cambie la vida, por que "(piensa) que la vida no (puede) ser lo que (es), prácticamente nada." Lleva 10 años viviendo en un departamento lúgubre y sucio, y trabajando en una fábrica de relojes. Algunas noches pasa tiempo en la taberna, junto a otros hombres como él, desesperanzados de una vida mejor; otras noches se encuentra con Yolande, una mujer con quien comparte momentos para que la soledad no sea tan palpable. Antes de dormir, escribe. Un día, su amor de la niñez aparece para mostrarle que, quizás, existe esa vida que todos nos merecemos.
En "Ayer", Agota Kristof una vez más crea un ambiente hostil que nos desgarra el corazón. Ella sabe cómo elegir las palabras justas; las voces de sus personajes son crudas y sinceras, porque la sinceridad en un contexto tan cruel tiene otro peso, otra importancia. Cuando el desempleo es vergûenza, la prostitución una necesidad y una cruz, y los suicidios son moneda corriente, la esperanza no es lo último que se pierde.
Como todo lo que escribió Agota, excelente.

Editorial: Libros del Asteroide